Fueron tres días intensos en el Aula de la Naturaleza de Osorio, donde el alumnado y acompañantes vivieron cantidad de buenas experiencias. La verdad es que las jornadas fueron bastantes densas desde la mañana a la noche con cantidad de propuestas de actividades cognitivas, de convivencia, lúdicas, etc. Al final estábamos todos algo agotadillos, gracias a las buenas comidas que nos preparaban Hugo, María y Jose, más el cacho de bizcochón que llevó Pepe, pues la buena alimentación nos echó una manilla a la hora de aguantar a tope toda la actividad llevada a cabo.
Para el alumando fue una oportunidad valiosa el convivir durante estos días fuera del entorno familiar, lo que fortalece los vínculos del grupo clase. Las relaciones que se desarrollan fuera del contexto escolar, aunque siempre dentro de un marco educativo, son enriquecedoras y quedarán como vivencias para toda la vida. Puede que en momentos puntuales hayan existido algunas tiranteces o dificultades, pero al final, a la hora de hacer memoria, siempre prevalecen los buenos momentos, los instantes de distensión, y las comunicaciones con dinámicas lúdico-experimentales.
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